Una mañana de paseo perdimos una mantita preciosa que te habían hecho, qué pena más grande, hicimos el recorrido a la inversa para ver si la encontrábamos pero nada.Qué penita más grande!
Desde entonces voy con mil ojos y los muñecos van amarrados al coche.
Este blog es la monda lironda. Besitos, Marco.
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