Como todos los años esperamos con ganas la llegada del Womad, del primer día nos hacíamos con el programa y marcábamos los conciertos interesantes, nos recorríamos los puestos del mercadillo y comprábamos todo lo que podíamos.Bebíamos y comíamos lo que caía en nuestras manos, así durante los cuatro días.
El año pasado ya cambió un poco mi concepto de Womad, después de un par de horas con el barrigón paseándome por el festival mis piernas parecían dos columnas dóricas y se redujo considerablemente el tiempo de conciertos, mercadillos y comida y bebida (y sin cervecitas)
Este año con mini monina a cuestas las sesiones de concierto, los mercadillos y la comida y bebida se redujeron al mínimo pero hemos comprobado que tenemos ante nosotros a una futura womadniaca, ¡había que verla bailando!...estamos deseando que pueda disfrutar de los talleres
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